La profesión más vocacional: Día Mundial del Médico
Este 3 de diciembre, Día Mundial del Médico, desde AELMHU, queremos rendir homenaje a aquellos profesionales que, con plena dedicación, entrega y, sobre todo, vocación, se enfrentan a los retos más complejos de la medicina, concretamente el abordaje de enfermedades poco conocidas o comunes, como las enfermedades raras.
Entre ellos se encuentra el Dr. Gómez Cerezo, Jefe del Servicio de Medicina Interna en el Hospital Universitario Infanta Sofía y Coordinador del Grupo de Enfermedades Minoritarias de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), una de las figuras clave en el campo de las enfermedades raras y un referente para la medicina en España. Su trayectoria es la de un médico comprometido con sus pacientes y su trabajo, un académico apasionado y un investigador inquieto que ha dedicado su vida a mejorar la atención y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades poco comunes.
Con una carrera que abarca más de tres décadas, el Dr. Gómez Cerezo es todo un referente en nuestro país en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades raras. Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid, con múltiples cargos académicos y de investigación a sus espaldas, ha dirigido más de una decena de tesis doctorales y ha sido investigador principal en numerosos proyectos sobre enfermedades raras, metabolismo y, en particular, la enfermedad de Fabry. Pero su contribución va más allá de la academia y la investigación: es un médico que, día tras día, enfrenta los desafíos emocionales y profesionales que supone tratar con pacientes, sobre todo de aquellos diagnosticados con patologías de baja prevalencia.
El diagnóstico: el principal reto
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el Dr. Gómez Cerezo en su especialidad es el diagnóstico precoz de las enfermedades raras, un reto que ha sido históricamente complicado que hoy en día encabeza el listado de reivindicaciones de clínicos y pacientes. «La demora en el diagnóstico de enfermedades raras ha sido un problema durante años. El retraso entre la primera consulta y el diagnóstico es demasiado. Es cierto que se ha reducido en los últimos años, pero sigue siendo insuficiente», asegura el Dr. Gómez Cerezo.
Para él, el avance en la genética y la medicina personalizada juega un papel crucial y determinante. Y es que el uso de las herramientas genéticas para identificar enfermedades de baja prevalencia está revolucionando la forma en que los médicos abordan estos casos. La capacidad para ofrecer un diagnóstico preciso no solo mejora el pronóstico de los pacientes, sino que también ofrece una respuesta a familias que, durante años, se han visto obligadas a vivir con incertidumbre y han visto como su calidad de vida se veía reducida por no poder acceder a un tratamiento adecuado.
“La demora en el diagnóstico de enfermedades raras
ha sido un problema durante años”
En esta línea, el doctor también se alegra de poder admitir que uno de los mayores avances en la medicina actual es la incorporación de la inteligencia artificial, que se está posicionando como una herramienta invaluable para mejorar tanto el diagnóstico como la atención. «La inteligencia artificial tiene un enorme potencial en la medicina de enfermedades raras. Desde detectar patrones fenotípicos hasta ayudar a realizar diagnósticos de alta probabilidad, la inteligencia artificial está revolucionando la forma en que tratamos a los pacientes», afirma.
La inteligencia artificial no solo ayuda a los médicos a diagnosticar enfermedades raras con mayor rapidez, sino que también optimiza la gestión de los casos y el seguimiento de los pacientes, mejorando su calidad de vida y haciendo más eficiente el sistema sanitario. «El futuro es prometedor», señala con optimismo el Dr. Gómez Cerezo. «La tecnología y la inteligencia artificial nos permitirán avanzar en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades, mejorando la calidad de vida de los pacientes y facilitando la labor de los profesionales de la salud.»
Pacientes: el centro de todo
En esta misma línea, además, el Dr. Gómez Cerezo hace hincapié en la importancia de tratar a los pacientes con un enfoque integral, es decir, abordando todas las dimensiones de su salud. «El trabajo multidisciplinar e interprofesional es clave. Los equipos deben ser variados, no solo médicos, sino también enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales… Todos deben estar implicados en el tratamiento del paciente», señala con firmeza. La atención no solo debe ser médica, sino también emocional y social, algo esencial para los pacientes y sus familias, para quienes a menudo, sienten la carga psicológica de la enfermedad igual de pesada que la física.
La vocación del Dr. Gómez Cerezo no surge de un interés específico por las enfermedades raras, sino de una pasión más amplia por la medicina interna y por el desafío de diagnosticar y tratar a los pacientes. «La vocación de médico tiene que ver con el deseo de ayudar a los pacientes a través del diagnóstico y el tratamiento. Al principio, cuando comencé en el Hospital de La Paz, no pensaba en especializarme en enfermedades raras, pero poco a poco te das cuenta de que es un mundo con desafíos únicos, que, aunque difíciles, te enriquecen tanto profesional como personalmente. Cada nuevo caso es un reto que te obliga a estudiar, a implicarte…», reflexiona.
En este camino, las circunstancias y las oportunidades han ido dibujando su trayectoria. Aunque su enfoque generalista le permite abordar una amplia variedad de patologías, ha encontrado en las enfermedades raras un campo que combina su curiosidad científica con su deseo de mejorar la vida de sus pacientes. «Cada caso es único y cada diagnóstico es un reto. Eso es lo que te motiva a seguir investigando y aprendiendo. Eso y ayudar a los pacientes», asegura.
Para el Dr. Gómez Cerezo, los médicos deben ofrecer una atención especial a los pacientes con enfermedades raras, algo que va más allá de la simple competencia médica. «Los pacientes con enfermedades raras necesitan un sistema de gestión especial, un enfoque que no sea solo técnico, sino también humano», subraya. Y es que incorporar el trabajo de diferentes profesionales, además de ser “necesario en estos casos” permite que los pacientes y sus familias reciban una atención integral, evitando el caos y la confusión que a menudo experimentan al tratar con múltiples especialistas.
Por otra parte, el apoyo social y psicológico son esenciales en el tratamiento de estas enfermedades. «Los pacientes no solo necesitan tratamiento médico, sino también orientación sobre las ayudas sociales disponibles, apoyo psicológico y, en general, recursos para enfrentarse a sus nuevas realidades”, señala el Dr. Gómez Cerezo. Reconoce que aún queda mucho por hacer, especialmente en el ámbito del apoyo psicológico, que se convierte en una necesidad urgente en las patologías que no cuentan con tratamientos curativos, sino solo intervenciones para controlar o ralentizar la progresión de la enfermedad y sus síntomas
En su experiencia, el Dr. Gómez Cerezo también ha aprendido a lidiar con la carga emocional que conlleva el trabajo en enfermedades raras. La dificultad de muchos diagnósticos y el impacto de los diagnósticos que se deben comunicar a las familias, a veces de forma definitiva, son momentos especialmente duros y determinantes. «El diagnóstico de una enfermedad rara puede ser devastador, por lo que es fundamental que el médico no solo dé la noticia, sino que también explique claramente las alternativas terapéuticas y las posibilidades de tratamiento», afirma.
Es un proceso que requiere de gran sensibilidad y empatía, y que, según el Dr. Gómez Cerezo, debe estar acompañado de un plan de manejo que brinde esperanza y tranquilidad. «El reto no es solo diagnosticar, sino también acompañar emocionalmente al paciente y a su familia a lo largo del tratamiento y, en general, de toda la enfermedad», explica.
Para el Dr. Gómez Cerezo, el futuro de la medicina interna, en particular en el campo de las enfermedades raras, está marcado por el avance científico, pero también por un cambio profundo en la forma de organizar y coordinar la atención. «El siguiente reto es lograr diagnósticos más rápidos y eficaces, y mejorar los tratamientos para las enfermedades raras. Pero no debemos olvidar que la organización y el apoyo a las familias son igual de importantes», concluye.
Hoy, en el Día Mundial del Médico, celebramos la dedicación, el esfuerzo y el compromiso de profesionales como el Dr. Gómez Cerezo, que, con su vocación y su pasión por la medicina, continúan luchando por un futuro en el que el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades raras no sean un desafío, sino una realidad cada vez más alcanzable.
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